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Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINTener un rostro bello y atractivo se ha convertido en una de las necesidades básicas de las personas actuales y es que, considerando las demandas sociolaborales que nos rodean resulta necesario contar con la mejor carta de presentación de todas: la apariencia.
Son muchos los estudios que, en este sentido, han arrojado información reveladora sobre el peso que tiene el aspecto físico en el momento de recibir una mejor aceptación social, mayores probabilidades de alcanzar cargos relevantes en el puesto de trabajo e incluso de sentirse más feliz.
Conscientes de esto, cada día más personas se plantean cuáles son las formas más costo-eficaces de conseguir un rostro más atractivo, llegando en todo caso a un punto de inflexión en el que las cremas no logran los resultados esperados, a diferencia de la Cirugía y Medicina Estética, que mediante técnicas tanto quirúrgicas como no quirúrgicas obtiene resultados satisfactorios y duraderos.
La cirugía estética comprende un gran número de ventajas y beneficios que atañen tanto a la mejora de la apariencia como a aspectos relacionados con la salud.
Un simple retoque estético tiene la potencialidad de aumentar la confianza de los pacientes, de contribuir a la mejora de su autoestima e incluso de incrementar su motivación para hacer frente a los retos que plantea el estilo de vida actual.
Si bien es cierto que los beneficios de la Medicina Estética han sido clásicamente subestimados e incluso etiquetados de superfluos, la realidad es que este ámbito de la Medicina se preocupa por las necesidades planteadas en las sociedades actuales. Dando un paso más allá, contribuye a un envejecimiento, al otorgar funcionalidad frente a los estragos del estrés oxidativo.
En este sentido, uno de los ejemplos más ilustrativos sería el de la blefaroplastia, una intervención aparentemente sencilla que, sin embargo, mejora sustancialmente la calidad de vida de las personas hasta el punto de haberse convertido en una de las cirugías más demandadas en España. Según datos publicados por la International Society of Aesthetic Plastic Surgery, 30.000 españoles se someten a una blefaroplastia cada año con resultados favorables desde el primer día.
Esta técnica, que consiste en retirar el exceso de piel y las bolsas de grasa de los párpados superiores e inferiores es ni más ni menos que la cuarta intervención estética más demandada después del bótox, el ácido hialurónico y el aumento de pecho.
Los primeros signos de envejecimiento comienzan a hacerse llamativos a partir de los 30 años aproximadamente, siendo este uno de los mejores momentos para iniciarse en cuidados preventivos que aminoren los efectos de fatiga que comprometen la calidad y la elasticidad de la piel.
A partir de esa edad, algunos de los mejores retoques estéticos serían, además de la blefaroplastia comentada anteriormente:
● Hilos tensores: Unos finos hilos que se aplican en el rostro con el fin de eliminar las arrugas y la flacidez facial. Esta técnica resulta útil, además, para levantar la expresión de las cejas, redefinir el contorno facial y pronunciar la mandíbula.
● Relleno con bótox: El bótox o toxina botulínica se trata de un medicamento que se inyecta a nivel subcutáneo con el objetivo de relajar la musculatura facial y eliminar las arrugas y signos de expresión. Su potencialidad es que permite modelar fácilmente el rostro, logrando rasgos atractivos y voluptuosos.
● Rinoplastia: Se trata de una intervención quirúrgica que redefine y mejora la forma de la nariz. Si bien es una de las tendencias más solicitadas, las nuevas tendencias de Medicina Estética vienen trabajando técnicas alternativas que no requieren cirugía, como sería el caso de la rinomodelación, que se limita a la infiltración de materiales de relleno sobre la nariz, de tal modo que de forma totalmente natural se equilibra la proporción de la nariz.
● Bichectomía: Esta intervención, enfocada en la obtención de un rostro más definido, requiere la extirpación de las bolsas grasas de Bichat, que se encuentran en las mejillas. Se trata de una de las intervenciones más aparatosas; no obstante, no es dolorosa y los tiempos de recuperación son cortos, de modo que resulta una opción interesante de contemplar en caso de buscar un rostro armónico y proporcionado.
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